martes, 18 de junio de 2013
Hércules y Caco.
Parte de la historia de los inicios de la gran Roma o simplemente una leyenda, esta es la historia de Hércules y Caco, dos personajes que coincidieron sobre el año 850 a.c. En la mitología griega, Caco (en griego antiguo Κακός Kakós, ‘malo’ o ‘malvado’; en latín Cacus), hijo de Hefesto, era un gigante mitad hombre y mitad sátiro que vomitaba torbellinos de llamas y humo. Vivía en una cueva del monte Aventino en el Lacio (actualmente Roma), en cuya puerta siempre colgaban, para horror de los habitantes del lugar, las cabezas sangrantes de los humanos que devoraba.
En aquella época, los primeros habitantes de lo que ahora se conoce como la ciudad de Roma asentaron su poblado a orillas del río. Estos colonos prosperaron como intermediarios y se beneficiaron del mercado situado en la orilla del Spinon ,un mercado cada vez más popular por los comerciantes de tierras cercanas, donde se intercambiaban no sólo productos como la lana o abalorios, sino que era también el lugar donde poder escuchar relatos de tierras lejanas o asombrarse ante los fenicios que decían llegar del mar.
La paz de este poblado se vio interrumpida por la llegada de Caco, que se instaló en una cueva escondida en lo que ahora conocemos como la colina del Palatino. Todos los que intentaron acercarse a él acabaron sin vida colina abajo, los rumores de que La Ruma era una región peligrosa se extendieron rápidamente y las historias sobre el Monstruo que devoraba humanos y escupía fuego se hicieron famosas ahuyentando así a los comerciantes asiduos al mercado del Spinon.
Entonces llegó Hércules. Un hombre acompañado de sus bueyes que se instaló en la otra orilla del Spinon, debajo de la colina donde vivía Caco. No hablaba el mismo idioma que los colonos así que éstos no pudieron advertirle del peligro que corría si se quedaba allí por mucho tiempo. El monstruo no tardó en escuchar el mugido de los bueyes y el hambre lo condujo a orillas del río, decidió atacar a los bueyes del pastor mientras éste dormía.
Cuando Hércules despertó vio que parte del ganado había desaparecido y los pocos bueyes que quedaban yacían ensangrentados en el suelo. Salió corriendo hacia la colina guiado por los mugidos de sus reses hasta que encontró a Caco. Hércules se sorprendió, nunca había visto nada que caminara sobre dos piernas y fuese tan grande como él, incluso mayor, el miedo y las náuseas lo invadieron pero se armó de valor y atacó al Monstruo. La pelea entre los dos titanes fue larga y dura y terminó con la victoria de Hércules. Dice la leyenda que Hércules se sirvió de las ramas de los árboles y de rocas del tamaño de bueyes para arrojarlas contra Caco, pero éste las esquivó todas. Al final Caco murió estrangulado entre las manos de Hércules.
Al día siguiente Hércules desapareció tal y como llegó, sin hacer ruído. Los habitantes de la Ruma empezaron entonces a venerar el que puede ser el primer Dios De Roma, En el Ara máxima, una vez al año se hacían las ofrendas al Dios Hércules agradeciéndole que les salvara del primer gran peligro que amenazó Roma.
viernes, 26 de abril de 2013
Itinerario de Roma.
El día 3 de mayo me iré a Roma de viaje y regresaré el 7. Saldré desde el aeropuerto de Coruña y llegaré a Roma al aeropuerto de Fiumicino. Me alojaré en el hotel Gran Melia que está situado en el centro de Roma, a orillas del río Tíber.
El primer día iré a ver la basílica de San Pedro, la Piazza Navona, la plaza Campo de' Fiori, la Piazza di Spagna, la Capilla Sixtina y algunos Museos Vaticanos. Terminaré el día con un crucero por el río Tíber.
El segundo día visitaré las ruinas de la antigua Roma: el Coliseum, el Foro y el Circo Romano, el Palatino, las catacumbas romanas, el Panteón y la Fontana de Trevi.
El tercer día haré una excursión a Nápoles, Pompeya, Sorrento y Capri. También haré una excursión gastronómica a Chianti.
Finalmente el cuarto día daré un paseo por las ruinas de las Termas de Caracalla y luego ya regresaré de mi viaje.
Casi todas mis visitas por Roma serán andando, ya que así podré disfrutar y conocer más la ciudad, pero también me desplazaré bastante en metro. también me desplazaré alguna que otra vez en autobús y en taxi. Pero intentaré evitarlo, porque hay mucho tráfico.
viernes, 5 de abril de 2013
Final de la República Romana.
La fecha tradicional del nacimiento de la República se produce durante el año 509 a.C., después de derrocar y expulsar al monarca de Roma y año de consagración del templo de la Tríada Capitolina. Después de que el poder de los etruscos se debilitara, los primeros siglos de la República vieron la progresiva conquista de la Italia peninsular por parte de Roma. El instrumento de la conquista, la legión, estaba compuesta por ciudadanos, reclutados en tiempos de guerra. A medida que avanzó en su conquista, Roma utilizó los contingentes de las ciudades dominadas y aliadas como tropas auxiliares. Tras las Guerras Latinas, que otorgaron a la República de Roma el control de todo el territorio del Lacio, los samnitas se opusieron al creciente poder de Roma y se enfrentaron a ella en tres conflictos conocidos como las Guerras Samnitas.
Roma venció sucesivamente a los pueblos del Lacio, a los etruscos, a los galos, que se habían instalado en la llanura del Po, a los samnitas y las ciudades del sur de Italia, que pese a la intervención del rey de Epiro, Pirro, fueron conquistadas por Roma entre los años 280 y 275 a.C.
A partir de mediados del siglo III a. C., Roma, que ya dominaba toda la Italia peninsular, inició una larguísima serie de guerras que la llevaron a dominar el mundo mediterráneo. En 264 a. C., Roma decidió ocupar las colonias cartaginesas en Sicilia. Roma consolidó su dominio de la cuenca occidental del Mediterráneo con el establecimiento de numerosas colonias en la Galia Cisalpina, la definitiva conquista de Hispania y la ocupación de la Galia del sur, que, convertida en la provincia Narbonense, permitió la unión terrestre de Hispania con Roma por la vía Domitia.
Los enfrentamientos entre los guardianes de las antiguas tradiciones romanas y los partidarios de las novedades venidas de Grecia volvieron a introducir –a mediados del siglo II a.C.- un clima de gran agitación en el interior de la ciudad, que cristalizó con el famoso conflicto de los Gracos.
Los Gracos eran dos hermanos de ideas avanzadas que, como Tribunos de la Plebe y en defensa de sus intereses, reclamaban una reforma agraria: la distribución gratuita de tierras entre los ciudadanos más pobres de Roma, en perjuicio de los todopoderosos terratenientes. Los dos fueron asesinados.
Tras la muerte violenta de los Gracos dio comienzo al siglo I a.C., el más terrible y convulso de la Historia de Roma. Durante ese siglo, Roma se desangró en interminables Guerras Civiles, cuya causa era precisamente su poder y sus inmensos dominios.
Las instituciones Republicanas, que habían servido para gobernar la ciudad durante 500 años y la habían conducido a la conquista del Mediterráneo, eran insuficientes para administrar sus posesiones.
Los romanos habían dispuesto sus leyes para evitar que un solo hombre ostentara el poder absoluto, pero los generales romanos se habían vuelto demasiado poderosos. Apoyados en sus legiones y en los recursos de las provincias que gobernaban, pugnaban entre sí para hacerse con el poder en solitario. Primero Mario y Sila, después Julio César y Pompeyo, sumieron el Mediterráneo en un baño de sangre.
Al final de este periodo convulso destaca la figura gigantesca de Julio César: el hombre que, por fin, consiguió concentrar en su mano todos los poderes políticos de forma indefinida. Pero Roma, orgullosa de su tradición republicana, no estaba madura para semejante cambio, y Julio César fue asesinado por un nutrido grupo de senadores en el año 44 a.C.
viernes, 15 de marzo de 2013
Poemas de Catulo
LVIII
Caeli, Lesbia nostra, Lesbia illa,
illa Lesbia, quam Catullus unam
plus quam se atque suos amauit omnes,
nunc in quadribuiis et angiportis
glubit magnanimi Remi nepotes.
Celio, mi Lesbia, la Lesbia aquella,
aquella Lesbia, que Catulo amó más,
a ella sola, que a sí mismo y que a todos los suyos,
ahora en callejones y esquinas
se la mama a los nietos del magnánimo Remo.
XLI
Ameana puella defututa
tota milia me decem poposcit,
ista turpiculo puella naso,
decoctonis amica Formiani.
propinqui, quibus est puella curae,
amicos medicosque conuocate :
non est sana puella, nec rogate
qualis sit : solet esse imaginosa.
Ameana, esa muchacha tan follada,
me pidió diez mil sestercios íntegros,
esa muchacha de nariz tan feúcha,
la amiga del dilapidador de Formias.
Parientes que cuidáis a la muchacha
llamad a los amigos y a los médicos.
La chicha no está bien y no le preguntéis
qué tal se encuentra : suele sufrir alucinaciones.
LVI
O rem ridiculam, Cato, et iocosam
dignamque auribus et tuo cachinno !
ride quidquid amas, Cato, Catullum :
res est ridicula et nimis iocosa.
deprendi modo pupulum puellae
trusantem : hunc ego, si placet Dionae,
pro telo rigida mea cecidi.
¡ Qué cosa más ridícula y chistosa, Catón,
digna de tus oídos y tus risas !
Ríe, Catón, por tu amor a Catulo :
la cosa es de risa y por demás chistosa.
Acabo de sorprenter a un mozuelo montando
a una chiquilla y - ¡valgame Diona! -
caí sobre él con la mía -como un dardo- bien tiesa.
LXXXV
Odi et amo, quare id faciam, fortasse requiris?
nescio, sed fieri sentio et excrucior
Odio y amo. Tal vez preguntes por qué lo hago.
No lo sé, pero siento que es así y me torturo.
LXXXVI
Quintia formosa est multis, mihi candida, longa,
recta est : haec ego sic singula confiteor,
totum illud formosa nego : nam nulla uenustas,
nulla in tam magno est corpore mica salis.
Lesbia formosa est, quae cum pulcerrima tota est,
tum omnibus una omnis surripuit Veneres.
Quintia para muchos es guapa : para mí es blanca, alta,
deecha. Yo le reconozco uno por uno estos encantos,
pero que sea plenamente guapa yo lo niego :
porque en un cuerpo tan gallardo
no hay nada de donaire ni una pizca de sal.
Lesbia sí es hermosa, pues siendo toda ella bellísima,
además ella sola a todas les quitó todas sus gracias.
LXXXV : Catulo dice que odia a la mujer pero que a pesar de eso la ama y no lo puede evitar.
Catulo
Gayo Valerio Catulo (en latín Gaius Valerius Catullus; Verona, actual Italia, h. 87 a. C. – Roma, h. 57 a. C., aunque muchos estudiosos aceptan las fechas 84 a. C. – 54 a. C.) fue un poeta latino. Nació en Verona (Galia Transpadana), en una familia influyente, su padre era amigo de Julio César, al que Catulo sin embargo despreciaba. Estudió en Roma, pasó allí varias temporadas, al fin se estableció en la ciudad en el año 62 a. C. y se introdujo en los cenáculos literarios de sus amigos, los llamados despectivamente por Cicerón poetas neotéricos: Helvio Cinna, Licinio Calvo, Valerio Catón, Cornificio, Furio Bibáculo y los eruditos Marco Terencio Varrón y Cornelio Nepote. Los neotéricos se caracterizaban, en primer lugar, por una gran afición a la poesía griega alejandrina de Calímaco y, en segundo lugar, por el deseo de cultivar una lírica refinada y concisa, de un perfecto acabado formal. La originalidad de Catulo consiste en haber sido el primero en haber iniciado la elegía romana con sus rasgos específicos de subjetividad, autobiografismo e intimidad, menos presentes en sus correlatos griegos.
La obra en su estado actual, el corpus catuliano consta de unas 116 poesías, 102 encabezadas por una dedicatoria a Cornelio Nepote que sin duda debió pertenecer a una compilación anterior, aparentemente distribuidas en tres grupos. El primero, hasta la composición 60 inclusive, comprende poemas líricos cortos, en metros varios, de asuntos sacados de los más diversos acontecimientos de la vida: poesías amorosas, otras dirigidas a amigos o enemigos, improvisaciones ingeniosas, anécdotas, sátiras, y un breve himno a Diana.
Se pueden dividir estos 116 poemas en:
Poemas de diatriba: en este grupo se encuentran poemas como los que el poeta escribe a sus amigos ; hay además algunos poemas cuyo destinatario no ha sido identificado.
Poemas de amor: aquí se encuentran los poemas escritos a su eterna amada Lesbia.
Poemas de amistad: en este grupo se encuentran los poemas escritos a Veranio y Fabulo, los que se refieren a la muerte del hermano del poeta.
Poemas de reflexión personal: en ellos se manifiesta la postura íntima de Catulo con respecto de la amistad, el amor, la desilusión, las cosas religiosas. Mucho dejan ver, por lo mismo, de lo que pensaba en su soledad frente a la vida y la muerte.
viernes, 1 de marzo de 2013
Discóbolo
Escogí esta escultura porque ya la había visto antes.
Es una famosa escultura griega realizada por Mirón de Eleuteras en torno al 455 a. C.. Representa a un atleta en un instante anterior al lanzamiento del disco. Mirón representa el cuerpo en el momento de su máxima tensión y esplendor; ese esfuerzo no se refleja sin embargo en el rostro de la estatua, que muestra solo una tenue concentración. La torsión del cuerpo es vigorosa, pero al mismo tiempo armoniosa y delicada. Todo el cuerpo está echado hacia delante, para producir con el balanceo posterior el impulso necesario para poder lanzar el disco. Como ocurre con la mayor parte de las esculturas griegas más importantes, no se ha conservado la obra original, seguramente realizado en bronce, aunque su forma se conoce gracias a varias copias en mármol talladas en época romana. De entre estas copias, la primera descubierta en época moderna (1781) es conocida como Lancelotti, y proviene de la Villa Palombara propiedad de la familia Massimo. Actualmente se encuentra en el Museo Nazionale Romano. Otra copia notable, descubierta en 1790, procede de la Villa Adriana de Tívoli y es propiedad del British Museum desde 1805. Como detalle singular, tiene la cabeza dispuesta mirando al frente, debido a una restauración equivocada. Hay quien interpreta que la figura representa a un amado de Apolo, el héroe Hyakinthos (Jacinto), a quien el dios habría matado de forma involuntaria con un disco. Después, con su propia sangre habría creado la flor del mismo nombre. De este asunto existe una pintura de Giambattista Tiepolo (La muerte de Jacinto, 1752-1753) y una ópera de Mozart (Apollo et Hyacinthus, 1767). Salvador Dalí realizó una interpretación surrealista del Discóbolo titulada El atleta cósmico, que fue utilizada como imagen de la representación española en los Juegos Olímpicos de México (1968). Como el gobierno de Franco no llegó a un acuerdo con el artista para pagarle la obra, fue comprada de forma particular por Anselmo López Fuertes, subdelegado de la Delegación Nacional de Educación Física, quien a finales de los años 1970 lo cedió al rey Juan Carlos, que la situó en un lugar destacado de su despacho en el Palacio de la Zarzuela. En 2013 los herederos del propietario llegaron a un acuerdo con Patrimonio Nacional por el que han recibido 2'8 millones de euros por el cuadro.
martes, 19 de febrero de 2013
La Odisea
La Odisea es un poema épico griego atibuido a Homero al cual se le atribuye también la autoría de la Ilíada. Desde el periodo helenístico se ha cuestionado si el autor de ambas obras épicas fue la misma persona; sin embargo, anteriormente no sólo no existían estas dudas sino que la Ilíada y la Odisea eran considerados relatos históricos reales. Se cree que fue escrita en el siglo VIII a. C., en los asentamientos que Grecia tenía en la costa oeste del Asia Menor. Está compuesta por 24 cantos.
viernes, 1 de febrero de 2013
Vestimenta griega
La Indumentaria en la Antigua Grecia constaba de dos piezas:
El quitón, era una túnica sin mangas que llegaba hasta las rodillas y se ceñía a la cintura.
El himatión, consistía en una especie de manto rectangular que se echaba sobre el hombro izquierdo y se recogía por el lado opuesto, dejando libre en sus movimientos el brazo de esta parte.
Cuando se iba de viaje o de guerra se cambiaba por la clámide, una capa rectangular en tres de sus lados y algo circular en la parte que rodeaba el cuello, más corta que el manto y abrochada con fíbula sobre el hombro derecho.
La túnica o quitón sufrió muchas variaciones siendo una de ellas el exomis, propio de obreros o esclavos que dejaba al descubierto el hombro derecho con todo el brazo. Asimismo, la túnica larga, propia de nobles, de filósofos y de mujeres y el diploide o doble quitón, formado por una túnica larguísima que se redoblaba hacia la cintura.
Dichas piezas se hacían de lino, de lana o de biso y más delante de seda y se adornaban con franjas a modo de galones y con otros bordados, siempre con sobriedad y buen gusto, dando preferencia a los colores blanco y verde.
Solían ir los griegos con la cabeza descubierta pero cuando era necesario resguardarla de la intemperie, llevaban el píleo, gorro semiovoideo de piel o la mitra a modo de turbante oriental o el pétaso que era un sombrero de fieltro y con alas. Para calzado se servían de la crépida, especie de sandalia o de la carbatina semejante a la abarca de los pueblos montañeses, o bien del coturno, parecido a un borceguí el cual servía especialmente para los actores de la tragedia, dándole entonces gran altura con una suela de madera muy gruesa.
Las mujeres griegas usaban larga túnica a veces en forma de diploide y sobre ella, el himatión o peplos; esta última pieza, amplia y de forma rectangular, se llevaba unas veces a modo de túnica ceñida y otras como manto, considerándose siempre como la túnica superior de Minerva. Se cubrían la cabeza con un velo llamado calyptra, cuando no llevaban el manto de modo que bajase desde ella.
Los soldados griegos solían llevar una larga túnica que terminaba en pliegues simétricos y sobre ella, una coraza para el tronco formada por tiras de cuero con piezas metálicas o bien por solo dos piezas que cubrían el pecho y la espalda y se unían con tiras metálicas o correas sobre los hombros mientras que la parte delantera de las piernas se defendía con las cnémides o canilleras. Para resguardo de la cabeza sirvió el casco de variadas formas, alcanzando mayor perfección el beocio, compuesto de visera y apéndice nasal por delante, cubrenuca por detrás y yugulares o apéndices para defender el cuello por los lados.
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